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12 de abril de 2024

EL PUERTO ESPACIAL EN PIURA SERÁ UN DESPEGUE PARA EL DESARROLLO DEL PAIS

ProInversión señala que se adquirirá enorme capacidad técnica, desarrollo científico, económico, comercial y turístico muy grande.

 

Se lanzarán cohetes y naves espaciales para vuelos orbitales y suborbitales. Perú tiene una larga tradición astronómica y aerospacial.


La instalación de un puerto o lanzadera espacial en el desierto de Paita y muy cerca a Talara (norte del Perú) abre inmensas posibilidades de desarrollo para el país porque permitirá adquirir enorme capacidad técnica, desarrollo científico, económico, comercial y turístico; reconocieron funcionarios de la Agencia de Promoción de la Inversión Privada (Proinversión).

El proyecto “Spaceport” se encuentra aprobado en el IMIAPP (Informe Multianual de Inversiones en APP) del Ministerio de Defensa considerando la ubicación en Talara. Sin embargo, la Fuerza Aérea Peruana está evaluando si esa es la ubicación correcta para el desarrollo del proyecto o si tendrá que decidir en otra ubicación.



Los expertos coinciden en que esta parte del desierto piurano resulta privilegiado por su ubicación geográfica. Al estar cercanos a la línea ecuatorial, el ahorro en combustible en el lanzamiento de naves espaciales es de 30% y ese ahorro se convierte en 30% más de capacidad de carga en los trasbordadores que realizarían estos vuelos. Al mismo tiempo, se cuenta con una refinería de combustible de alto octanaje en Talara, el puerto de Paita y la radiación suficiente como para elaborar proyectos de energía solar, así como de recursos naturales para proyectos de energía eólica.

Como se sabe, el Perú tiene una histórica tradición aeroespacial y astronómica que se remonta a siglos antes de nuestra era. Muy cerca a la ciudad de Casma (en Áncash) está ubicado el observatorio de las trece torres, vecino al “castillo” de Chankillo. Expertos en arqueoastronomía comprobaron que se trata del reloj solar y astronómico más antiguo de América… y que sigue en funcionamiento. Hoy en día, son cada vez más los turistas que visitan éste monumento arqueológico para comprobar su exactitud en los solsticios y equinoccios.



A fines del siglo XIX, más precisamente desde 1890 hasta 1926, la ciudad de Arequipa fue escenario para la construcción del primer gran observatorio astronómico de América del Sur. Se instaló gracias a un convenio con la Universidad de Harvard y fue conocido como el Observatorio de Carmen Alto o Estación Boyden. Por aquel entonces contaba con uno de los telescopios más sofisticado de su época, con el que se descubrió la luna Febe de Saturno, considerado el primer descubrimiento astronómico realizado con una exposición fotográfica. También fueron identificados un millar de nebulosas, se tomaron excepcionales vistas del cometa Halley y se descubrieron los asteroides Ocllo, Cora y Rahua; los primeros en tener nombres en quechua por si fuera poco, las placas fotográficas de vidrio tomadas por el observatorio arequipeño sirvieron a Edwin Hubble para determinar el principio de expansión del universo. Ver siguiente video




Del lado aeroespacial, en la segunda mitad del siglo XX la agencia espacial estadounidense (NASA) instaló en las quebradas de Jicamarca (Lima-este) un enorme radiotelescopio que aún sigue en funcionamiento. Sus cálculos sirvieron para determinar las variables atmosféricas necesarias para los vuelos Apolo con los que el hombre pisó la Luna a partir de 1969. Este radiotelescopio fue dirigido durante muchos años por el científico piurano Ronald Woodman, quien se hizo merecedor al premio Appleton, considerado el Nobel de la física atmosférica. Woodman también es uno de los pocos hispanohablantes miembro de la Academia de Ciencias de los Estados Unidos de América. El radiotelescopio de Jicamarca permitió además medir en 1994 el impacto de los fragmentos de cometa Shoemaker-Levy en la superficie de Júpiter.



Para la lanzadera espacial en Piura, ProInversión precisa que una vez definida la locación del proyecto, se tendrá que ver si estamos en las condiciones técnicas para formular y estructurar el proyecto como iniciativa estatal o privada. De ser la primera alternativa, ProInversión firmaría un convenio de encargo tripartito entre el Ministerio de defensa, la FAP y la Agencia. De ser la segunda opción -que sería la más conveniente- se promocionaría el proyecto para que un privado pueda presentar una propuesta. En la modalidad de Proyectos en Activos todo el riesgo de inversión corresponde al privado.

 Los expertos están convencidos que se trata de un reto importante no sólo para ProInversión sino para el país en su conjunto. Inclusive para el ente técnico que es la FAP, ya que es la primera vez que se tendrá la experiencia en formular y estructurar un proyecto de esta magnitud. De continuar el proyecto como iniciativa estatal, la agencia seria el OPIP (Oficial de Protección de Instalaciones Portuarias).

Entre tanto, una Comisión del Comando Espacial de Estados Unidos está dando asesoría técnica a la FAP para el adecuado desarrollo del proyecto.



Por su parte, el Ministerio de Defensa ha señalado que el proyecto Spaceport tiene como objeto facilitar los lanzamientos de cohetes y naves espaciales para vuelos orbitales (como los satélites) y suborbitales (aquellos que transportarán personas a otros continentes en menor tiempo, sin llegar a dar una órbita completa a la tierra), desde plataformas preparadas, equipadas, certificadas y autorizadas para tal fin, que estarán ubicadas en la “Base aérea El Pato” en Talara, Piura.

También tendrá plataformas en tierra (desde donde se lanzarán las naves al espacio), además de centro de control, hangares de preparación, integración y validación, así como pistas de taxeo y despegue, en un área despejada y alejada de la población.

De acuerdo con el Ministerio, los beneficiarios directos serán, tanto para la ciudad de Talara, por el mejoramiento de vías de acceso y turismo; como para la región Piura, por ser un hub de transporte espacial a nivel regional; asimismo, el país en general se verá beneficiado por tener un puerto espacial que contribuirá al desarrollo tecnológico, de investigación, educación, seguridad y defensa nacional. La inversión estimada es de S/ 1,000 millones. (R.O.B. y J.A.C.)


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