EL RENACIMIENTO DE BELÉN
Ahora es la cuadra diez del Jirón de la Unión pero desde el siglo XVII es conocida como la calle Belén y así se le sigue llamando.
Roberto Ochoa Berreteaga
Hasta hace algunos años esa calle era conocida por su vínculo con la plaza San Martín y como epicentro de marchas y mítines políticos. También por el Club Nacional, el antiguo local de los bomberos y los bares “Münich” y el rincón cervecero.
Pero los tiempos cambian y la calle Belén, hoy en día, es todo un epicentro cultural, gastronómico, educativo y científico.
Prueba de ello es la inauguración de la nueva galería de arte en el restaurante El Tambo. Si la casona en sí ya es un atractivo turístico, con su bella cafetería Pancho Fierro, sus bares espléndidos, sus grandes salones y patios interiores que garantizan toda una experiencia gastronómica, El Tambo cuenta ahora con una galería de arte en un amplio salón situado debajo del museo de arte popular.
Dirigida por Belinda Tami, destacada artista plástica y gestora cultural, la muestra Universos paralelos reúne un selecto grupo de artistas: Daniela Marin, Ana María Guevara, Claudia Caffarena, Alejandra Cisneros Luna, Verónica Penagos, Rosa Tomatis, Luis Miguel Días Piccone, Manuel Elguera, Joseph Firbas, Hernán Sosa y la propia Belinda Tami.
“Queremos ofrecer un espacio para celebrar y difundir el arte que fusione el pasado histórico y las expresiones artísticas contemporáneas, creando un diálogo continuo con la comunidad y los visitantes del corazón de Lima”, nos dice Tami. Y anticipó que la idea es “convertir el centro histórico en un epicentro de arte contemporáneo y tradicional, donde cada galería participa activamente en la revitalización y el re descubrimiento del patrimonio cultural y artístico de Lima. Galería Casa Tambo ampliará la oferta cultural invitando a todos a explorar y experimentar el arte de una manera lúdica”.
La selección de lienzos y esculturas de Universos paralelos es exacta para el ambiente elegido para la galería, pero queda chico si consideramos la monumentalidad de una casona y su exquisita decoración que incluye esculturas de Víctor Delfín. Creo que el museo de arte popular, situado en el segundo piso, tiene una muestra permanente descuidada y poco interesante. Ese espacio debería integrarse a la nueva galería de arte.
Si bien llegar al centro Histórico de Lima ya es todo un trajín, lo bueno de la calle Belén es que cuenta con buenas cocheras y una vía de acceso (jirón Carabaya) y de salida (Belén) que va directo a la Vía Expresa. Otro dato interesante es que El tambo atiende hasta las tres de la mañana y cuenta con un variado menú y dos bares bien surtidos.
ARTE, CIENCIA Y MINERALES
A pocos metros del restaurante El tambo está el Museo de Minerales Andrés del Castillo MAD que ocupa los ambientes restaurados de la antigua Casa Belén que, además, fue el primer local de la embajada de los Estados Unidos de América.
Fundado por el recordado ingeniero cusqueño Guido del Castillo, en homenaje a la memoria de su hijo, el MAD no sólo ofrece una alucinante muestra de minerales que van desde el cuarzo hasta el oro en bruto, también cuenta con un “cuarto oscuro” donde se pueden ver minerales sensibles a la luz ultravioleta y, desde principio de año, los visitantes pueden acceder a un viaje virtual por los interiores de una mina de socavón. Por si fuera poco cuenta con una buen surtida librería y tienda de recuerdos, así como una pinacoteca con lienzos de la escuela cusqueña y una selecta muestra de cerámica Chancay.
Su galería de arte, también dirigida por Belinda Tami, es pequeña pero ya es conocida en el medio por sus bien elaboradas exposiciones. Hoy en día está la muestra Historias de frontera –ansiedad, ficción y melancolía- con lienzos de Gianna Pollarolo, Michele Prazak, María Angélica Viso, Melissa Dupont, Michele Magot, Fernando Otero, Jorge Cabieses, Patrick Tschudi y Valentino Sibadón.
Dina Godoy, directora del MAD, nos confirmó que a fines de mes será estrenado un documental animado vinculado a las actividades científicas del museo.
Por todo esto, la calle Belén es un buen destino para conocer el nuevo epicentro artístico, científico y gastronómico del centro Histórico.