Un hito trascendental para potenciar la conservación e investigación de osos de anteojos (Tremactos ornatus) en el Perú promueve el Santuario Histórico de Machupicchu al ser el área natural protegida pionera en la implementación de un sistema de monitoreo satelital de esta especie emblemática.
Es así que fueron colocados los primeros dos collares satelitales en ejemplares de oso de anteojos en la zona de Wiñayhuayna. La colocación de estos collares es parte de la nueva etapa del proyecto de investigación y conservación de la especie y su hábitat en esta área protegida, implementado por la organización Conservación del Oso de Anteojos (SBC) en colaboración con el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), organismo adscrito al Ministerio del Ambiente.
La colocación de estos collares en dos osas adultas ha sido un intenso trabajo liderado por la investigadora canadiense Robyn Appleton con investigadores de SBC en conjunto con la jefatura y personal guardaparque del Santuario. Esta técnica de monitoreo ha sido amplia y exitosamente usada en otros grandes mamíferos en el mundo y proveerá información clave sobre los movimientos del oso de anteojos y el uso del hábitat dentro y alrededor de esta área protegida.
Esta etapa del proyecto contempla la instalación de 10 collares satélites en igual número de individuos de oso de anteojos en el ámbito de esta área natural protegida. Con ello se implementará una novedosa estrategia de monitoreo, gestión y conservación de la biodiversidad del Perú. El proyecto cuenta además con el apoyo de San Diego Zoo, Inkaterra y la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco.
Como se sabe, el oso andino u oso de anteojos es endémico de América del Sur y sobreviove a lo largo de la cordillera de los Andes. En la zona andina del Perú es conocido como el ukuko y reverenciado por las comunidades andinas y amazónicas como mediadores ante la muerte. Ganó fama internacional como el oso Paddington de la literatura infantil inglesa. Son omnívoros pero su dieta fundamental son los vegetales. No hibernan, nadan muy bien en cochas y ríos y pueden trepar árboles donde construyen “nidos” entre sus ramas. Cierta medicina tradicional cree que sus garras tienen propiedades sanatorias, de ahí que son cazados. Las imágenes de sus esporádicas apariciones en Machupicchu han sido tendencias en las redes sociales.
Fotos: archivo Sernamp