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La escritura secreta del Obelisco Tello

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Hace un siglo, en 1923, el doctor Julio C. Tello dejó entrever un mensaje oculto en la iconografía chavín. Pedro Vargas Nalvarte tomó la posta y se acerca a una novedosa interpretación del célebre obelisco. El texto original fue publicado la revista Domingo del diario La República que se tuvo que cortar por las limitaciones propias de la edición impresa.


ROBERTO OCHOA BERRETEAGA


¿De qué hablamos cuando hablamos de escritura? Buscamos claves fonéticas y hasta alfabéticas. Indagamos en ideogramas y hasta soñamos con esa “piedra de Champollion” que nos permita descubrir la escritura secreta de las civilizaciones que se establecieron en nuestro territorio. Sin embargo, la solución puede estar oculta en los complicados signos grabados en las finas piezas pétreas de Chavín. Ese es el objetivo del revelador libro del arqueólogo, lingüista e historiador Pedro Vargas Nalvarte: “La inspiración mayor para este trabajo viene del doctor Tello, él resume en un admirable párrafo en su artículo ‘Wira Qocha’, publicado en 1923, todo lo que se requiere para ver al Obelisco Tello de la manera correcta”.

El autor recurre a Jacques Derrida que “sirvió para tener, de manera aún más clara, la diversidad de sistemas de escritura. Un error notorio en muchos entusiastas y autodidactas del estudio de escritura en el antiguo Perú es asumir que esta tendría que ser de tipo fonética y ser un símil del sistema occidental en uso actualmente”, nos dice el investigador.



La obra nos brinda un amplio panorama de los estudios de la cultura Chavín y nos presenta los diversos esfuerzos de interpretación de las escrituras y otras formas de comunicación. Para luego desarrollar y actualizar ese orden que el doctor Tello demostró con la predominancia de figuras de cabezas. “Aplicamos el mismo método a otros complejos escultóricos Chavín y notamos que las recurrencias permanecen, las variaciones estilísticas son solo detalles y la esencia del contenido permanece”, revela Vargas Nalvarte.En su primer capítulo radica un detalle importante del libro: Las diversas interpretaciones que se hicieron del arte y de la cosmovisión Chavín. Desde la del propio Julio C. Tello, hasta Tom Zuidema, pasando por las de Rebeca Carrión Cachot, John H. Rowe, Luis G. Lumbreras, Cristóbal Campana, José Alcina Franch, Cristóbal Makowski, Peter Roe, entre otros investigadores. Sin duda una buena introducción para entender la universalidad del tema.



El autor trata de demostrar que “a través del análisis de la información reunida se llega a la conclusión que el Obelisco Tello fue un resumen de la ideología Chavín: el orden social basado en la observación de los astros y la dualidad, fueron las bases expuestas de manera pública en esta litoescultura para sancionar el orden que debía respetarse”.

Cabe destacar además el aporte de Avqi Ediciones (responsable de la publicación). A decir de Omar Pinedo Pérez, su editora apostó por la publicación de libros de investigaciones arqueológicas, resaltando las tesis de grado que son novedosas pero adolecen de una adecuada divulgación. En la presentación del libro, Pinedo revela que con éste título “hemos retomado nuestra serie ´tesis´ y estamos agradecidos con su autor, Pedro Vargas Nalvarte, por darnos la confianza de editar este importante trabajo, que trae como novedad la creación de una metodología para entender el sistema gráfico de la sociedad Chavín expresada principalmente en su llamado ´arte´ lítico”.



Por su parte, el filósofo Israel René Lira cree que el autor “sostiene que lo que se interpreta como dioses o figuras mágico-religiosas del arte Chavín, en realidad corresponden a diversas manifestaciones de una escritura en la que se podría transmitir información, independientemente de la lengua hablada, de manera muy parecida a la escritura china de la actualidad, entendida por los hablantes de los diversos dialectos del chino”. Añade que los dibujos de la iconografía chavín “no constituyen per se un sistema de escritura, pero en cambio los ojos, bocas y otros elementos que forman una figura Chavín nos indican diversos atributos gramaticales de lo que se quiere decir con la figura (…) Las miradas de los ojos, las sonrisas o tristezas de las bocas no son tales, son atributos que definen características gramaticales. Estos signos que se hallan en el interior de una figura seminaturalista, puedes luego independizarse y formar por sí solos textos que cuando se defina la lengua hablada en Chavín se podrán descifrar y leer (…) esto último, como colofón a la presente, significaría una revolución filológica, arqueológica, gnosoelógica y lingüística sin precedentes…”



Nueva óptica

El libro se basa en su tesis de grado y abre una nueva puerta para investigar las sociedades prehispánicas que denomina “grafemática arqueológica”: a través de sus sistemas de comunicación, “no del estilo de sus obras de arte, sino de qué manera se comunican, entre ellos o con los seres sobrenaturales que ellos crean”. Para el autor, “la mayor parte de los estudios en arte prehispánico adolecen de dos problemas: dejar de lado su rol como sistema de comunicación, descartando a priori la posibilidad de la existencia de escritura y la extrema subjetividad en las interpretaciones. Esto ha ocasionado la pérdida de seriedad de los trabajos en torno a los sistemas de comunicación gráficos del Perú antiguo”.



Al respecto, el arqueólogo Gori Tumi Echevarría explica ewn el prólogo que con la denominada “grafemática arqueológica” el autor logra sintetizar una propuesta metodológica propia, cuyas etapas de aplicación práctica consisten en la contextualización (estudio de la realidad), la sistematización o estudio de grafemas y la decodificación o desciframiento. Echevarría resalta el impecable y detallista procedimiento cuyos “resultados alcanzados son de una importancia notable.No solopor le hecho mismo de haber logrado generar el primer mapa gráfico-conceptual de la escritura Chavín jamás elaborado; sino por el hecho de clarificar algo que había sido planteado como un reto al futuro por el mismo Dr. Tello”.


En nombre del padre

Por todo esto el libro también es un homenaje al padre de la arqueología peruana: “Dejar de lado las ideas y líneas de investigación trazadas por el doctor Julio C. Tello es la traba más grande que ha tenido la arqueología peruana. Lejos de mantener ideas congeladas, el desarrollo de las ideas de Tello, cosa que hacemos en nuestro libro, nos lleva a mayores descubrimientos y desafíos en el entendimiento del pasado prehispánico. No se trata de rechazar las líneas de investigación llegadas de fuera (las ideas de Tello tuvieron base en sus estudios realizados en Estados Unidos y Europa) sino en unir a ellas los hallazgos de Tello. Una ciencia arqueológica que rechaza sus propios antecedentes no tiene futuro alguno más que en llenar vitrinas y gabinetes con objetos antiguos y estantes con informes técnicos (cuando los hay)”, sentencia el autor.

De mi parte, debo reconocer que el libro me brindó un caudal de información bien sintetizada y sustentada para redescubrir esta vieja cultura que es considerada la génesis de la civilización andina. También aprendí de la necesidad de investigar las lenguas amazónicas como una vía de comprensión de la cosmovisión Chavín y reconstruir esa íntima y básica relación de costa, sierra y selva. Un motivo más para visitar el antiquísimo templo y su bello museo de sitio.



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