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Arqlgo. Oscar Montúfar Latorre
“En las juntas y encruzijadas de caminos y en las cumbres y collados de cerros ay los
adoratorios, que en la lengua de los Indios llaman Apachita, en los quales los Indios a
la pasada ofrecen coca, mayz, y plumas de aves, y echan las oxotas viejas, o otra
cosa alguna dellas que llevan para su camino: y si no llevan que ofrecer echan a lo
menos una piedra: porque con esto les parece que dexan el cansancio del camino y
cobran nuevas fuerzas”
(Juan Polo de Ondegardo 1571)
El Santuario Histórico de Machupicchu (SHM) comprende un espacio sacro. Su geografía es sagrada con elementos naturales (montañas, ríos, riachuelos, manantes, lagunas, etc.) y culturales (apachetas, canalizaciones, fuentes de agua, plataformas artificiales, etc.) que no perdieron su valor sacro. En este entender la riqueza simbólica de este espacio geográfico aún está vigente.
El interés por el significado de las apachetas para el hombre del ande se remonta al siglo XVI, cuando los españoles averiguaron e interpretaron el significado de estas acumulaciones de elementos líticos, describiéndolas en algunos casos de manera detallada y, en otros, solamente de forma superficial.
Muchos cronistas afirman que las apachetas fueron elementos establecidos por los inkas, sin embargo, es probable que se trate de una tradición preinka y principalmente altiplánica. Estudios posteriores podrán discernir estas interrogantes.
Dentro del SHM se ubican varios sectores donde se localizan las apachetas. Es importante resaltar la continuidad en la ejecución de ofrendas en estos lugares, lo que hace que no se pierda la tradición, sino solamente cambie. Actualmente son varios los participantes en estos rituales: pobladores locales y personas que transitan por estos lugares (trabajadores del SHM, visitantes y personal de apoyo).
El diccionario de Mitos y Leyendas del Equipo NAYA (Argentina), describe a la apacheta de la siguiente manera: “Montículos de piedra, a manera de altar, erigidos en honor a la Pachamama… Ante la apacheta los indios dejan sus ofrendas y piden que se aparten las desgracias de su camino y salud para seguir su viaje.”
El arqueólogo argentino Christian Vitry describe a las apachetas como: “... montículos artificiales formados por la acumulación intencional de rocas de diferentes tamaños que puedan ser transportadas por los hombres… y se encuentran ubicadas a los costados de las sendas y caminos de la cordillera. Generalmente se hallan en las abras, portezuelos, partes altas de una cuesta y escasamente en lugares llanos.”. Esta es quizá la mejor descripción de una apacheta.
SU SIGNIFICADO
Debo precisar que por ser un elemento dinámico, las apachetas se escombran y se erigen con el transcurrir del tiempo y el factor antrópico. También tienen una dinámica socio – cultural. Fuentes tempranas (crónicas principalmente) describen que los andariego ofrecían diversos productos como la coca, maíz, plumas de aves; además de prendas de vestir como ojotas usadas o warakas, soguillas y manojos de paja. Todos o parte de estos objetos eran ofrendados y lo hacían para que recobraran sus fuerzas y el cansancio no les ganase en su caminata, así como también como ofrenda a la tierra y para que les vaya bien durante todo su viaje.
Este dinamismo actualmente se refleja en el tipo de ofrendas que se vierten en las apachetas, que fueron cambiando con el pasar del tiempo y el cambio de uso de los caminos dentro del SHM. Los objetos y/o elementos ofrendados actualmente lo constituyen la coca, caramelos, chocolatillos, vino, cigarrillos e incluso dinero. La introducción de estos elementos “nuevos” se debe al cambio de uso de los caminos, en épocas prehispánicas el rol del camino fue distinto al que actualmente se le da.
El sistema vial prehispánico dentro del SHM comprende varias apachetas, entre las más frecuentadas podemos mencionar:
· En el Abra Salkantay
· En el Abra Inkachiriasqa
· En el Abra Warmiwañuska
· En el Abra Runkuraqay
Ninguna de las Apachetas señaladas se ubican en las partes más altas de las montañas, sino en lugares desde los cuales se observa una nueva cuenca y/o microcuenca. Es así que las apachetas de los abras de Salkantay e Inkachiriasqa son los límites de las cuencas del Vilcanota y Apurimac. La del abra de Warmiwañuska sirve de límite de las microcuencas de Paqaymayo y Llullucha / Wayruro; y la del abra de Runkuraqay limita las microcuencas de Paqaymayo y Yanaqocha.
A modo de conclusión se puede afirmar que la ubicación de las Apachetas se debe a patrones físicos e ideológicos (abras y ritualidad por ejemplo) y que su integración con el espacio sagrado y los trajinantes de la red de caminos inka del SHM sigue viva.
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