Texto y fotos: Roberto Ochoa Berreteaga
Siempre con la propuesta de visitar Arequipa en Fiestas Patrias o para celebrar el aniversario de la fundación de la Ciudad Blanca (el próximo 15 de agosto) ANDARES MAGAZINE propone una visita a lo más antiguo de Arequipa: el parque paleontólogico de Querulpa y los petroglifos de Toro Muerto, en el vecino Corire. Ambos destinos en el corazón del bello e imponente valle del río Majes, provincia de Castilla.
Desde la ciudad de Arequipa existen buenos circuitos turísticos que, en no más de tres horas, permiten conocer ambos destinos turísticos.
Nosotros elegimos otra ruta: desde Camaná como punto de partida y de retorno, luego de ascender por el distrito de San Gregorio (valle bajo de Majes) siguiendo una trocha en buen estado de conservación que permite comprobar la belleza del valle del río Majes y sus enormes áreas de cultivo: desde el célebre arroz camanejo hasta el maíz, cebolla, papa y otros productos de panllevar.
En el camino gozamos la hospitalidad de los agricultores y pescadores camanejos, quienes celebraban el día de San Pedro y San Pablo en su condición de pescadores de agua dulce: los célebres camarones de Camaná. Pero en San Gregorio sólo se celebra a San Pedro y su imagen “baja” de posta en posta siguiendo los paraderos que usan los pescadores en el curso del río Majes. Allí pudimos probar diversos potajes en base al camarón y comprobar las balsas armadas con tres cámaras de llanta de camión unidas con carrizos.
Desde San Gregorio la carretera continúa en acenso con rumbo a Corire y Aplao. Esta ruta se puede realizar en todo tipo de vehículo y une Camaná con los poblados de la provincia de Castilla. Desde Camaná se puede llegar a Querulpa en solo 90 minutos de camino ininterrumpido.
Poco antes de llegar y pese a estar a menos de mil metros sobre el nivel del mar, desde la carretera gozamos de la sobrecogedora visión de las cumbres del apu nevado Coropuna, el volcán más alto del Perú. Recordamos que hasta hace apenas un siglo, el Coropuna era considerado el pico más alto de América. Tanto así que el propio Hiram Bingham, antes de llegar a Cusco y a Machupicchu, ascendió a dos de las cumbres del volcán con el objetivo de ser el primer montañista en lograr esta hazañ Sin embargo, grande fue su sorpresa cuando en una de las cumbres nevadas encontró una bandera con el lema “vote for women” que había sido colocado tres meses antes por la célebre feminista y montañista Anne Smith Peck, paisana de Bingham. Años después se pudo comprobar que el nevado Huascarán es el más alto del Perú y que el Aconcagua (en Chile) es el pico más alto de América.
Es en el pequeño poblado de Querulpa donde visitamos el “parque jurásico” creado a raíz del hallazgo de antiquísimas huellas de dinosaurio. Las mismas que se pueden conocer luego de un corto ascenso por una montaña donde se han colocado dinosaurios de tamaño natural y un par de buenos miradores para comprobar la imponente belleza del valle. Hay paraderos para niños y pequeños espacios con cactus y apachetas. Querulpa goza de una primavera eterna así que lo mejor es llevar un buen sombrero, repelente y una botella de agua. Lo recoemndable, también, es comprobar los estratos geológicos que forman la montaña, como si se tratara de un gigantesco “mil hojas”. En cada estrato está escrita la historia geológica de este bello valle arequipeño.
La visita y caminata continúa en el poblado de Corire, donde está el acceso de la zona arqueológica de Toro Muerto, célebre por sus decenas de enigmáticos petroglifos (grabados en piedra). Lo mejor es visitarlo con un buen servicio de guía turístico. Si va en auto propia hay que preguntar a los vecinos porque el camino de acceso desde la carretera es corto pero no está bien señalizado. El ingreso cuesta 7 soles e incluye una breve explicación de guardaparque. Existen varias rutas, con diverso nivel de exigencia, para poder contemplar los dibujos que decoran las piedras volcánicas.
Para entender la importancia arqueológica e histórica de Toro Muerto, así como los reveladores hallazgos realizados durante las reciente investigaciones, lo mejor es visitar la página: https://www.toromuerto.org/
Luego de estas visitas lo mejor es llegar a Aplao y, en el camino, almorzar en sus numerosos restaurantes turísticos.
El retorno hacia la ciudad de Arequipa pasa por las ya célebres pampas de Majes, que poco a poco dejaron de ser una pampa de tierra y roca volcánica para convertirse en enormes fundos con productos de agroexportación. Todo un milagro económico que se hizo realidad gracias a los sucesivos proyectos hídricos. En el camino se pueden contemplar las imponentes cumbres del volcán Coropuna y del Ubinas que, de vez en cuando, suelta enormes fumarolas.
Nosotros, empero, llegamos al cruce de caminos para retornar a Camaná siguiendo una autopista impecable… maravillados con un circuito turístico que en un solo día nos ofrece paisajes agrícolas, la imponente geología local y una clase de historia y de palentología inolvidable