Sucede al amanecer del domingo, luego de la misa y cuando el cielo se empieza a astillar con los primeros rayos del sol. A veces también la luna o venus (la estrella del amanecer) coinciden con el astro rey justo cuando los miles de fieles que ocupan la plaza mayor quedan en profundo silencio al ver salir el anda luminosa por la puerta principal de la basílica catedral. De pronto, apenas traspasar el umbral, en la cumbre del anda emerge a sagrada imagen del Cristo resucitado y la multitud estalla en aplausos, gritos y llantos para luego acompañar anda en todo su recorrido por el perímetro de la plaza huamanguina.
Esta tradición también es una proeza de la ingeniería popular. Desde hace medio siglo está a cargo de don Víctor Hurtado, sus diez hijos y todos sus familiares. Por eso fue galardonado con el premio nacional Amautas de la Artesanía Peruana, otorgado por Mincetur.
Tres meses antes empieza la confección de todas las finas piezas de cera que decoran el anda. Luego, en la previa al domingo de resurrección, empieza la construcción del anda que mide 12 metros de alto y pesa 15 toneladas. Más de 400 fieles cargan el anda durante todo su recorrido, sin embargo, nunca se ha volcado por la exactitud de sus medidas y su perfecto centro de gravedad.
Pero lo mejor es viajar a Huamanga para participar en este evento tradicional de la religiosidad andina.
Aquí presentamos una galería de foto de la construcción de la célebre anda. (Texto y fotos de Roberto Ochoa Berreteaga)